miércoles, 22 de junio de 2011

EL MALTRATO-EL MIRADOR

                              El MIRADOR.  UN MALTRATO

     Primero, lo primero: Saludos para todos los habitantes de la cuenca  del río Omas,  yauyinos  y seguidores del MIRADOR en el país y extranjero, hoy apostado en el mirador de Corral Viejo, en Tamará, trae al recuerdo y traslada  lo acontecido en la biblioteca nacional de la ciudad de Lima:
     Un niño de once años se le veía melancólico, entre sollozos mudos y lágrimas que corrían por sus mejillas, concentrado escribía. Al terminar se quedó con la vista fija en la página subrayada, quien sabe en que pensamientos; el MIRADOR creyó prudente, se acercó,  preguntó por su actitud, el niño al principio algo desconfiado, vio  con detenimiento la faz de su interlocutor y confió el maltrato físico, sicológico recibido en muchas ocasiones por manos de su madre, esta vez fue excesivo, flagelado, golpes de puño, arañazos, dejando las huellas respectivas, contusiones, cortes, moretones Etc., al contarle, sus lágrimas las contenía, trataba de mostrarse sereno, pero, lamentaba la actitud de su madre, de quién recibía castigo porque según ella su hijo era un vago que perdía el tiempo en la calle, lo cierto es que él empleaba su tiempo en la biblioteca, niño inteligente que nombró sucesivamente no menos de cincuenta autores a quienes había leído, haciendo escueta síntesis  de las de su predilección. El MIRADOR le preguntó por la página que él había escrito, y le mostró lo siguiente:
           Madre querida ¿Dónde estás?
           ¿Qué motiva tu abandono?
           Que reaccionas con encono.
           Yo con mi dolor a cuestas,
          ¿Moliendo mi carne te aquietas?
           Pero, es mi alma que mas siente
           con alevosía herida
           Por quien amo y me dio vida
           Ante actitud tan hiriente
           A Dios pido, perdonarte.
La agresión se da sencillamente por falta de AMOR, quien es incapaz de amar a su prójimo, no sabrá amar a su esposo, ni siquiera a sus propios hijos. Cuando se sospecha un mal comportamiento hay que ver si lo es, muchas veces anulamos y tildamos de culpables a quienes no lo son. Hay formas de llegar a un entendimiento sin recurrir a la fuerza bruta, es la comprensión mutua por el diálogo aderezado de mucho AMOR.

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